JOSÉ MARÍA EGEA SÁNCHEZ/Doctor en Agroecología.
Yo siempre he abrazado las teorías de Rousseau para quien el ser humano es en esencia, bueno y cándido, y que es la vida social y cultural la que lo pervierte. Siempre me he sentido atraído por esa idea, más romántica quizá, de la bondad como punto de partida de nuestra existencia y como objetivo último. Sin embargo los hechos me hacen acercarme cada vez con más celeridad al modelo hobbesiano para quien el hombre es malo por naturaleza. Pocas dudas encierro ya, mal que pese a los antropocentristas, de que la vida en la Tierra y ella misma sobrevivirá a nosotros y nos pondrá en nuestro lugar devolviéndonos todas las agresiones que le perpetramos.